Plaza y Janes. 480 páginas. De 17 años en adelante.
Tras largos meses de fieros e interminables pleitos, el jurado de un tribunal de Missisipi por fin toma una decisión en el polémico caso que enfrenta a Jeannette Baker, una pobre mujer del condado imaginario de Bowmore, contra la poderosísima firma Krane Chemical, indrustria química que, por negligencia, han vertido ilegalmente residuos tóxicos altamente cancerígenos al saneamiento local del condado. El resultado es trágico: la mayor incidencia de tumores malignos de la historia en aquella zona, saldada con mucho sufrimiento y muertes, entre otras, del marido y el hijo de Baker. El matrimonio Payton, de un pequeño bufete, decide estar dispuesto a perder todo con tal de llevar a la poderosa empresa a juicio y recibir la indemnización merecida, así como castigar a aquellos a los que nada les importa con tal de llenarse las billeteras.
El fallo del jurado resulta sorprendente para Krane: reconoce el daño causado y le obliga a una indemnización de decenas de millones. Pero eso no es lo peor. Una vez perdido el primer juicio, todos los demás afectados por la peste presentarían sus querellas. El propietario de la empresa, el todopoderoso Karl Trudeau, que se enorgullece de su bella tercera esposa, un apartamento de lujo en Manhattan y un puesto digno en la lista Forbes -donde figuran las cuatrocientas personas con más fortuna del mundo-, confía en que la apelación al Tribunal Supremo de Missisipi le devuelva el respeto perdido. Sin embargo, es necesario antes acabar con las posturas moderadas del total de nueve jueces que lo forman, sustituyéndo al menos a una por un joven abogado, Ron Fisk, conservador y cristiano, prometedor. Lo moldearán a su manera y lo lanzarán en una campaña para alcanzar el cargo en el Supremo, ya que Missisipi es de los pocos estados en los que los jueces no son nombrados, sino elegido por votación. La lucha de intereses ha comenzado.
Grisham vuelve a sorprender, y con éxito, en esta reciente novela. Aunque no abandona el género de thriller legal en el que se ha encumbrado como líder indiscutible -cada entrega nueva se convierte en un best-seller mundial y punto de mira para los proyectos de Hollywood-, esta novela marca una nueva etapa en su narrativa. Lo que antes eran sin más historias con un argumento cargado de intriga que "enganchaban" al lector con independencia de la mejor o peor calidad del relato, ahora se ha convertido en una trama cargada de significación literaria, social, e incluso moral.
El autor, aprovechándose de su conocimiento director del mundo de la política y la justicia, no menosprecia su experimentado talento narrativo para acometer un argumento, que más que una ficción es un fiel retrato de la corrupción política y judicial en la alta sociedad, de la actitud de distintos grupos y personas ante los grandes dramas de la vida... La crítica se hace dura por momentos, incluso abierta a la sátira despiadad. El pleito que ocupa las numerosas páginas del libro se convierte en un punto de confluencia de las más variopintas personas que en el mundo cabe: los despiadados y avariciosos multimillonarios de Manhattan, abogados litingantes pero ilusionados por la causa, los grandes jefes de todo tipo de lobbys y grupos de presión, pastores entregados solícitos a su rebaño con objetivos más o menos nobles, humildes personas que viven en la miseria... Los intereses económicos y clasistas se cruzan y se produce el conflicto que sólo vencerá no quien tenga mejores intenciones, sino quien disponga de los mejores medios. Todo invita al análisis crítico y racional por parte del lector.
Los personajes están muy bien caracterizados, sin bien es cierto que en ocasiones caen etiquetados sin más preámbulos dentro del grupo donde mejor están caracterizados; no tiene pérdida la evolución del personaje clave: Ron Fisk, que al final dará una sorpresa.
Su final, como la sinopsis de la edición española indica, sorprenderá a muchos lectores, quizá despertando a primera vista indicios de decepción. Sin embargo, cuando se analiza en frío, uno comprende el verdadero propósito del autor: no es la clásica historia de unos buenos que luchan contra los malos y les vencen sin problemas, sino de personas reales que se encuentran ante los problemas de la vida y la sociedad, y reaccionan de una u otra manera según sus principios y presiones del entorno. Recuerda en este sentido el propósito de la conclusión que cierra la célebre obra maestra Rebelión en la granja, de George Orwell: no finaliza como le gustaría al lector, sino como debe.