viernes, 28 de noviembre de 2008

La Cerillera (Hans Christian Andersen)

Aunque no sea lo normal en el Blog. Esta vez te ponemos el cuento entero para que tú lo valores.
¡Qué frío tan atroz! Caía la nieve, y la noche se venía encima.
Era el día de Nochebuena.
En medio del frío y de la oscuridad, una pobre niña pasó por la calle con la cabeza y los pies desnuditos.Tenía, en verdad, zapatos cuando salió de su casa; pero no le habían servido mucho tiempo. Eran unas zapatillas enormes que su madre ya había usado: tan grandes, que la niña las perdió al apresurarse a atravesar la calle para que no la pisasen los carruajes que iban en direcciones opuestas.
La niña caminaba, pues, con los piececitos desnudos, que estaban rojos y azules del frío; llevaba en el delantal, que era muy viejo, algunas docenas de cajas de fósforos y tenía en la mano una de ellas como muestra.
Era muy mal día: ningún comprador se había presentado, y, por consiguiente, la niña no había ganado ni un céntimo. Tenía mucha hambre, mucho frío y muy mísero aspecto.
¡Pobre niña! Los copos de nieve se posaban en sus largos cabellos rubios, que le caían en preciosos bucles sobre el cuello; pero no pensaba en sus cabellos. Veía bullir las luces a través de las ventanas; el olor de los asados se percibía por todas partes. Era el día de Nochebuena, y en esta festividad pensaba la infeliz niña.
Se sentó en una plazoleta, y se acurrucó en un rincón entre dos casas. El frío se apoderaba de ella y entumecía sus miembros; pero no se atrevía a presentarse en su casa; volvía con todos los fósforos y sin una sola moneda. Su madrastra la maltrataría, y, además, en su casa hacía también mucho frío. Vivían bajo el tejado y el viento soplaba allí con furia, aunque las mayores aberturas habían sido tapadas con paja y trapos viejos. Sus manitas estaban casi yertas de frío.
¡Ah! ¡Cuánto placer le causaría calentarse con una cerillita! ¡Si se atreviera a sacar una sola de la caja, a frotarla en la pared y a calentarse los dedos! Sacó una. ¡Rich! ¡Cómo alumbraba y cómo ardía! Despedía una llama clara y caliente como la de una velita cuando la rodeó con su mano. ¡Qué luz tan hermosa! Creía la niña que estaba sentada en una gran chimenea de hierro, adornada con bolas y cubierta con una capa de latón reluciente. ¡Ardía el fuego allí de un modo tan hermoso! ¡Calentaba tan bien! Pero todo acaba en el mundo. La niña extendió sus piececillos para calentarlos también; más la llama se apagó: ya no le quedaba a la niña en la mano más que un pedacito de cerilla.
Frotó otra, que ardió y brilló como la primera; y allí donde la luz cayó sobre la pared, se hizo tan transparente como una gasa. La niña creyó ver una habitación en que la mesa estaba cubierta por un blanco mantel resplandeciente con finas porcelanas, y sobre el cual un pavo asado y relleno de trufas exhalaba un perfume delicioso. ¡Oh sorpresa! ¡Oh felicidad! De pronto tuvo la ilusión de que el ave saltaba de su plato sobre el pavimento con el tenedor y el cuchillo clavados en la pechuga, y rodaba hasta llegar a sus piececitos. Pero la segunda cerilla se apagó, y no vio ante sí más que la pared impenetrable y fría.
Encendió un nuevo fósforo. Creyó entonces verse sentada cerca de un magnífico pesebre: era más rico y mayor que todos los que había visto en aquellos días en el escaparate de los más ricos comercios. Mil luces ardían en los arbolillos; los pastores y zagalas parecían moverse y sonreír a la niña. Esta, embelesada, levantó entonces las dos manos, y el fósforo se apagó. Todas las luces del nacimiento se elevaron, y comprendió entonces que no eran más que estrellas. Una de ellas pasó trazando una línea de fuego en el cielo.
-Esto quiere decir que alguien ha muerto- pensó la niña; porque su abuelita, que era la única que había sido buena para ella, pero que ya no existía, le había dicho muchas veces: "Cuando cae una estrella, es que un alma sube hasta el trono de Dios".
Todavía frotó la niña otro fósforo en la pared, y creyó ver una gran luz, en medio de la cual estaba su abuela en pie y con un aspecto sublime y radiante.
-¡Abuelita!- gritó la niña-. ¡Llévame contigo! ¡Cuando se apague el fósforo, sé muy bien que ya no te veré más! ¡Desaparecerás como la chimenea de hierro, como el ave asada y como el hermoso nacimiento!
Después se atrevió a frotar el resto de la caja, porque quería conservar la ilusión de que veía a su abuelita, y los fósforos esparcieron una claridad vivísima. Nunca la abuela le había parecido tan grande ni tan hermosa. Cogió a la niña bajo el brazo, y las dos se elevaron en medio de la luz hasta un sitio tan elevado, que allí no hacía frío, ni se sentía hambre, ni tristeza: hasta el trono de Dios.
Cuando llegó el nuevo día seguía sentada la niña entre las dos casas, con las mejillas rojas y la sonrisa en los labios. ¡Muerta, muerta de frío en la Nochebuena!
El sol iluminó a aquel tierno ser acurrucado allí con las cajas de cerillas, de las cuales una había ardido por completo.
-¡Ha querido calentarse la pobrecita!- dijo alguien.
Pero nadie pudo saber las hermosas cosas que había visto, ni en medio de qué resplandor había entrado con su anciana abuela en el reino de los cielos.
Libros Juveniles
Ver Video "La Cerillera":

jueves, 27 de noviembre de 2008

Canción de Navidad (Charles Dickens)

Ediciones sm. Clásicos Universales. 107 páginas. De 15 años en adelante.

Título original en inglés: A Christmas Carol, 1843. A veces se traduce al Castellano como Cuento de Navidad.


Se puede encontrar también en muchas otras editoriales. Traigo esta al blog porque está muy bien cuidada. Buen papel y magníficas ilustraciones.

El anciano avaro Ebenezer Scrooge no quiere saber nada de celebrar la navidad. Ni siquiera entiende a los que la celebran: "Si de mí dependiera -dijo Scrooge con indignación -, a todos esos idiotas que van por ahí con el Felices Navidades en la boca habría que cocerlos en su propio pudding y enterrarlos con una estaca de acebo clavada en el corazón. Eso es lo que habría que hacer".


Por la noche tendrá una extraña visita. Vendrá a verle el fantasma de su difunto socio Jacob Marley arrastrando una horrible cadena:

"El espectro volvió a lanzar otro alarido, sacudió la cadena y se retorció con desesperación sus manos espectrales.
«Estás encadenado», dijo Scrooge tembloroso. «Cuéntame por qué».
«Arrastro la cadena que en vida me forjé», repuso el fantasma. «Yo la hice, eslabón a eslabón, yarda a yarda; por mi propia voluntad me la ceñí y por mi propia voluntad la llevo. ¿Te resulta extraño el modelo?»
Scrooge cada vez temblaba más.
«¿O ya conoces», prosiguió el fantasma, «el peso y la longitud de la apretada espiral que tú mismo arrastras?
Hace siete Navidades ya era tan pesada y tan larga como ésta. Desde entonces, has trabajado en ella aún más.
¡Tienes una cadena impresionante!»".

Quizás esa visita haga cambiar al incorregible Scrooge... Pero aún tendrá que recibir esa misma noche otras visitas no menos extrañas.

Un libro clásico que nos ayudará a adentrarnos en el ambiente navideño. Además de que la historia es en sí misma muy entretenida, lo más admirable son las descripciones que se hacen de las costumbres navideñas.
Libros Juveniles
Bajar el libro en pdf aquí.
Ver La Canción de Navidad (versión de Disney 3D):

Ver La Canción de Navidad (versión de Disney):
Otros capítulos aquí y aquí.

martes, 25 de noviembre de 2008

Intriga en Luxor (Bjorn Sortland)

Editorial Edelvives. 136 páginas. De 10 años en adelante.

La familia de David vuelve a hacer un viaje en verano. Después de las aventuras vividas las vacaciones del año anterior en Venecia, esperan que esta estancia sea más tranquila.

El destino del viaje es Luxor. Pretenden ver las viejas pirámides y templos de los antiguos faraones.

En su primera visita tienen un "casual" encuentro con un extraño anciano Thomas Kirkby que les recomienda visitar Qurna, pequeña población al lado del Nilo. Les entrega una tarjeta de una posada donde les atenderán bien.

Pero los problemas comienzan en cuanto enseñan la tarjeta en el transbordador del Nilo. Al llegar a la orilla les espera una desagradable sorpresa. Comienzan a sucederse las calamidades. Secuestros, extorsión y avisos, muchos avisos para disuadirles de su destino.

Es un libro muy entretenido, no le sobran páginas y se lee de un tirón. No faltan enredos y suspense.

Lo recomiendo al cien por cien a los lectores entre 10 y 14 años... aunque los mayores pueden también pasar un buen rato con esta divertida familia.

Libros Juveniles

jueves, 20 de noviembre de 2008

El Ladrón Mago (Sarah Prineas)

Editorial Montena. 302 páginas. Para todas las edades.

Conn es un chico que vive en Wellmet, un pueblo mágico. Se gana la vida haciendo hurtos rápidos, fáciles y de compensación inmediata. Todo le va bien hasta que, por equivocación, le intenta robar a un poderoso hechicero su amuleto.

A partir de ese momento la historia cambia por completo. Conn se pone a los servicios del mago y este va comprobando las extraordinarias aptitudes de su nuevo aprendiz.

Todo se complica cuando el nivel de magia de Wellmet desciende bruscamente, pero nuestro entrañable amigo tendrá mucho que decir...

El desarrollo de la obra está cargado de aventuras y de misterio. Es un libro que mejora mucho a partir de la mitad, ya que se echa de menos que la acción comience antes.

La presentación de la trama podría ser más corta y el desenlace más largo.

Aún así es un libro que merece la pena leer y muy entretenido.

Estaría bien que hubiera una segunda parte ya que el final da para mucho juego.

sábado, 15 de noviembre de 2008

Muerte de Tinta (Cornelia Funke)

Editorial Siruela. 701 páginas. De 16 años en adelante.

Es la última entrega de la trilogía llamada "El Mundo de Tinta" (Las otras dos son: Corazón de Tinta y Sangre de Tinta).

Unas semanas después de escapar del Castillo de la Noche, el ya legendario bandido Arrendajo, tendrá que enfrentarse con una dura realidad: los niños de Umbra han sido secuestrados por Pífano, mano ejecutora de las maldades del Rey Cabeza de Víbora, que para ser devueltos a sus madres (ya casi no quedan padres en Umbra porque están muertos o huídos) tendrán que delatar el paradero de Arrendajo. Si no lo entregan los niños morirán trabajando en las minas de plata del insaciable Cabeza de Víbora.

Todos quieren sacar provecho en esta historia. Cabeza de Víbora necesita a Arrendajo ("Mo" o Mortimer) para que le arregle el libro que le debe procurar la inmortalidad. Orfeo, que se une al malvado Rey, busca honor y riquezas. Pardillo (cuñado del Rey) quiere granjearse la confianza de su Señor y, Pífano, simplemente disfrutará con la muerte del bandido.

En la ciudad Pífano siembra el terror, en el bosque Pardillo busca el escondite de los bandidos y Arrendajo se enfrenta a un terrible dilema: los Niños o él.

A pesar del dolor de Resa (su mujer) y Meggie (su hija) el corazón del Bandido-Encuadernador de libros, no duda en hacer cualquier sacrificio para salvar a los niños. Pero, antes, tendrá que poner a salvo a su familia y por eso tendrá que enfrentarse a su más terrible pesadilla: el encuentro con las Mujeres Blancas, las hija de la Muerte.

La historia tomará tintes dramáticos y no sólo Meggie y Resa tendrán que beber del cáliz del sufrimiento. La traición, la persecución, la tortura y el miedo, harán mella en todos los seguidores de Arrendajo: El Príncipe negro y sus bandidos, Farid, y Roxana (la mujer de Dedo Polvoriento) los pobladores de Umbra... Incluso la enigmática Violante (la Fea) y su terrible hijo Jacopo, tendrán que atravesar duras pruebas.

No es un ritmo trepidante pero pasan muchas cosas. Poco a poco la historia se va desplegando hasta hacerse endiabladamente articulada. Se atacan muchos frentes a la vez, son muchas historias que convergen en un hombre: Arrendajo (o "Mo", como prefiere llamarle su hija).

No es por tanto una lectura para los más jóvenes, pero, pienso, que hará las delicias del lector que no teme enfrentarse a las 700 páginas del libro y no tiene prisa por acabar.

Libros Juveniles
Ver vídeo de promoción de la trilogía "Mundo de Tinta":