Editorial Contraseña S.C. Publicado en 2017. 318 páginas. A partir de los 14 años de edad.
Estoy contenta de leer un nuevo libro de la maravillosa escritora Ana Alcolea. Se trata de una historia diferente donde predomina el realismo y el homenaje biográfico de mujeres de su propia familia, y eso es bueno.
Su fondo de armario no era de ropa, ya que tenía muy poca; yo siempre la conocí de negro, de gris y de un suave color violeta como alivio de luto que lució desde que murió mi abuelo Paco, un año antes de que yo viniera al mundo. Su fondo de armario estaba tejido de fotografías dedicadas y de postales coloreadas.
Las historias bien escritas merecen ocupar un lugar en nuestra biblioteca y más cuando vienen firmadas por la mano de una autora clave en literatura infantil y juvenil con magníficas incursiones en obras para adultos como es Ana Alcolea.
Esta zaragozana habitual en dar charlas a estudiantes de secundaria sobre libros y lectura nos lleva a la historia de su familia mezclando realidad y ficción a partes iguales. El retrato de la España rural de principios del siglo XX a través de los ojos de la abuela materna de la escritora, que superó los cien años de vida, es impresionante. En aquella época el hambre era el motor que lo movía todo y el trabajo duro la única moneda de cambio para los nacidos en el campo, tan diferente de la ciudad. Luces y sombras se alternan en la historia para hacernos ver que a pesar del machismo la mujer era la figura más fuerte y más importante de toda la familia. Otro punto son los altibajos políticos, que tienen una presencia más que imprescindible en un libro porque la protagonista los conoce todos. Desde la monarquía que dio paso a una aclamada república que culminó con el sabor amargo de la dictadura, pasando por la terrible posguerra.
El libro, además de ofrecernos un retrato costumbrista de una época que la autora conoció de oídas también tiene la generosidad de hablarnos de ella misma. Su pasión por la música, Italia, sus años de docencia y el fervor literario que la empuja a viajar hasta Escocia, Suecia y otros lugares acompañada siempre de una libreta donde tomar notas que luego toman la forma de una novela. Este amor desmedido por las palabras y los viajes tiene una explicación. Las primeras mujeres de su familia de las que tiene noticia la autora también soñaron con el poder transformador de esas palabras que ahora, como en un merecido homenaje, por fin hablan de ellas.
Publicado a LMA
Ana Alcolea es una escritora zaragozana se dedica a la docencia en secundaria y a la elaboración de artículos sobre didáctica de la lengua. Asegura que acostumbra a viajar, sobre todo a Noruega, con un cuaderno donde tomar notas para futuros libros.
Algunos de los libros para niños y jóvenes que ha publicado son: El medallón perdido, Donde aprenden a volar las gaviotas, El vuelo de las luciérnagas, El bosque de los árboles muertos, Castillos en el aire, La noche más oscura y El retrato de Carlota, y, además, la serie de misterios: El secreto del galeón, El secreto del espejo y El secreto de la esfinge.
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