Editorial Libre Albedrío. Publicado en septiembre de 2016. 128 páginas. A partir de los 9 años de edad.
Iván tiene ocho años y no es feliz. Noche tras noche trata de disfrutar de su pasión por observar el cielo, los planetas y las estrellas con su telescopio que le ha transmitió su padre, pero no lo consigue.
A través de los capítulos del libro que dosifican la información sabemos que Iván y su madre sufren cada uno a su manera las consecuencias de un episodio dramático que los ha marcado profundamente. Pero, ¿dónde está su padre? A lo largo de las páginas de esta sencilla pero emotiva novela veremos que Iván se enfada con sus amigos, con su madre e incluso se niega a celebrar su fiesta de cumpleaños.
Iván busca de forma obsesiva a Saturno, el planeta que padre e hijo adoraban y que muchas noches se muestra en toda su plenitud en el cielo. Nada de lo que ocurre a su alrededor le interesa al chico y por eso cuando un meteorito cae en su jardín y descubre que le concede deseos piensa que su vida por fin va a cambiar.
Poco a poco Iván es consciente que los superpoderes no garantizan la felicidad y que tener las riendas del destino nos asegura que vamos a elegir bien. Así se lo dice el extraño virus parlanchín que venía con el meteorito.
- Oye, oye... -le cortó el virus-. A mí no me culpes, ¿eh? Los deseos los has pedido tú, no yo. Y si cada uno de ellos traía de la mano un inconveniente habértelo pensado mejor...
- ¡Claro que te culpo, porque para ser un virus de la suerte no me estás ayudando en nada!
Un libro muy adecuado para trabajar el dolor, la comunicación entre la familia tras un acontecimiento desgarrador pero inevitable y la forma en qué podemos gestionar la pérdida que forma parte de la vida. A través de situaciones muy ingeniosas y también llenas de humor vemos como Lucas llega a comprender a su madre y consigue dar los primeros pasos en la madurez y ver la luz en los peores momentos. La ira, el enfado, el dolor, el sentimiento de culpa y el deseo de mejorar son los diferentes estadios por los que pasará Iván hasta el final. ¡Muy recomendable!
El booktrailer del libro.
Roberto Aliaga es un biólogo de formación nacido en la misma localidad que don Quijote y que ha escrito muchos libros para niños que gozan de un enorme éxito. En sus historias destacan por el tratamiento de los sentimientos donde los niños protagonizan un recorrido lleno de descubrimientos de sus emociones y la de los demás.
Podemos saber más de sus obras y premios recibidos en el blog que lleva su nombre. Además del Premio Lazarillo de Álbum Ilustrado (2008) ha ganado el concurso de Narrativa Infantil Vila d'Ibi (2012) y ha sido incluido en la prestigiosa lista The White Ravens. Otros libros publicados por el autor son: Enfadados, El cangrejo ermitaño, Tortolita, Mascota lobo y Pingoreta y el tiempo, entre muchos otros. Con Raúl Sagospe también han firmado otro divertido libro lleno de valores y simbolismo: Don Facundo iracundo el terror del segundo.
Raúl Sagospe es un ilustrador muy apreciado entre los escritores y que se caracteriza por su cuidado detalle y el humor. Entre otros, ha ilustrado Prohibido leer a Lewis Carroll (2013) escrito por Diego Arboleda y también han colaborado mucho: Papeles arrugados (2012), Mil millones de tuberías (2009) y Los descazadores de especies perdidas (2015). El blog del ilustrador.
Toda la información sobre el libro con comentarios, artículos sobre el tema y listados temáticos de otros libros relacionados aquí.
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