Editorial Edebé (Periscopio). Publicación de septiembre del año 2023. De 14 años en adelante. 116 páginas.
Los filósofos y los escritores han tenido en la naturaleza uno de sus medios de inspiración más recurrentes que se conocen. Desde Jane Austen a Sartre, pasando por George Orwell i Rousseau, además de Emily Dickinson y Voltaire, entre otros. Estos influyentes pensadores y autores contemporáneos tuvieron el privilegio de pasar a la historia y sus obras no se pueden entender sin el contexto.
Damon Young, un profesor de filosofía de origen estadounidense, comparte los aprendizajes que los jardines ofrecen a una selección de reconocidos escritores y filósofos. A lo largo de once capítulos donde cada uno de ellos está dedicado a un creador distinto, sabremos de su curiosa relación (a veces de pasión y otras de odio) con los árboles, plantas o bosques. Además de describir la relación del escritor con los jardines, explora su universo creativo relacionándolo con la
La genial autora inglesa Jane Austen amaba la peonías hasta tal punto que llegó a confesar que la ayudaban a ser más prolífica y feliz. George Orwell logró sanar de la tuberculosis construyendo un jardín de la nada. La escritora francesa Colette sentía una fascinación especial por las rosas, hasta el punto que el autor titula esta parte como: <Sexo y rosas>. Para Emily Dickinson, ser una flor implicaba "una gran responsabilidad". Sin embargo, Leonard Woolf relacionaba los abismos del alma humana con los manzanos. Por su parte, Sartre fue capacidad de trasladarnos todos los límites de la náusea a través de un castaño.
El autor logra despertar el interés de los lectores por la ciencia, la literatura y la cultura con la naturaleza como escenario donde el jardín aparece como uno de los personajes principales. La lectura de este libro propone una ruta que combina conocimiento con una reflexión sobre las infinitas posibilidades que para todos los humanos -no solamente a los que quieren expresarse con las escritura- ofrece la naturaleza ordenada de los jardines.
Nani es un joven universitario que no lleva demasiado bien la malformación con la que nació su hermana Magdalena. En cambio, ella, Magdalena, lo lleva con mucha naturalidad gracias a su carácter fuerte y segura de sí misma. Los dos se hacen muy amigos de Nadia y Adam pese a tener personalidades tan dispares que ponen al lector en la disyuntiva de decantarse por unos o por otros y participar de forma activa en el desarrollo de la novela. Esto es importante porque la historia da pie a la reflexión porque plantea muchos interrogantes respecto a la nueva sociedad de un futuro donde internet es la clave y el hecho que un grupo de personas decidan mantenerse al margen.
Lo que en principio parece un lugar idílico protagoniza un hecho dramático que Nani, el protagonista y narrador de la historia recuerda mucho tiempo después con nuevas incógnitas.
El estilo del libro es muy ágil y dinámico y se distribuye en quince capítulos con un final abierto que se va dibujando desde el inicio porque se hace referencia a un acontecimiento alrededor del cual gira toda la trama. David Nel·lo ha sabido trazar una historia con trazas de distopía que según se asegura en la contraportada del libro se puede convertir en realidad en menos de veinte años.
El autor de origen brasileño este libro expone en unas pocas páginas que todos los seres que formamos parte del mundo deberíamos estar conectados para recuperar la esencia. Desde las personas, animales, ríos, montañas, insectos e incluso los que ya no están como son nuestros ancestros. Por ello, es necesario que los humanos nos involucremos en una especie de tejido donde todo está interconectado de manera que lo que uno hace afecta al resto y cuanto más positivas sean nuestras acciones mejor. Una de las problemáticas que cita Krenak -cuyo apellido es el nombre de su comunidad indígena- es el sentido utilitario de nuestra cotidianidad donde nos mueve la voluntad de acumular y soñamos con ganar un buen sueldo cuando la vida es mucho más.
Otra de las causas de la poca acción del hombre respecto a la situación medioambiental es la especie de anestesia que produce el exceso de racionalidad de la cultura que caracteriza la cultura occidental.
Con un estilo próximo a la oralidad, los textos que integran este libro tienen su origen a partir de debates, conversaciones y conferencias realizados en los primeros meses de la pandemia de Covid-19, de modo que el lector se convierte en un oyente donde se invita a abrir diálogos donde intercambiar las reflexiones que se nos ofrece durante las lecturas. Una de las frases más destacadas del libro es que <el dinero no se come>, es decir, se da mucha importancia a lo material y los humanos somos una auténtica plaga para el planeta. Krenak propone una conexión con la Tierra para frenar la devastación del planeta que tiene como consecuencias el cambio climático, la extinción de algunas especies, evitar la basura en los océanos y el deshielo de los glaciares, entre otros.
La lectura de este libro no dejará indiferente a nadie y resulta muy gratificante porque el autor no se expresa con pesimismo ni desde la crítica sino que propone soluciones y escribe con un tono afectivo que logra empatizar con el lector.
Aiton Krenak se le considera como una de las voces más reveladoras del pensamiento latinoamericano contemporáneo. Además de ser el fundador de la Unión de Naciones Indígenas (UNI). Este filósofo, activista, líder indígena y escritor brasileño también es autor de Ideas para posponer el fin del mundo y Futuro ancestral, y sus planteamientos principales son la crítica del utilitarismo actual y que "los gobiernos dejaron de existir".