Editorial Anaya. Publicado en mayo de 2018. 240 páginas. A partir de los 14 años de edad.
Con un lenguaje ágil y una historia aparentemente con poca trascendencia Ana Campoy, la autora de La Cronopandilla. El túnel del tiempo, nos lleva hasta Frankfurt para contarnos las peripecias de Anne Rottenmeier. Esta joven toca el violoncelo y decide prepararse en un prestigioso conservatorio de Frankfurt y para ello acepta un trabajo en la ciudad como cuidadora de una niña con problemas de salud.
A pesar de su edad, Clara es muy madura y su amor por la música hace que la relación con Anne sea más fácil. Al mismo tiempo, Anne la ayudará para que se enfrente a su padre y cumpla su sueño. Clara no desea ser arquitecta, como su padre ha planificado para ella. A ella le gustaría dedicarse a la música pero no quiere contrariar a su padre.
Cuando en la casa familiar se instala la nueva pareja del padre de Clara no viene sola. La acompaña su sobrina Adelaida que es huérfana y hasta ahora había vivido con su abuelo valenciano. No es difícil imaginar a qué otra historia nos recuerdan estos datos tan precisos, pero este retelling es una parte más de este gran libro. Con los nuevos miembros que se incorporan en la casa lo que parecía un reto difícil de superar se convierte en una muy buena oportunidad de cambio.
Por otra parte, Anne también tiene una vida personal más allá del trabajo y de la música, por ello conoce a grandes personas. Su estilo de vida se basa en confiar en su intuición a la hora de tomar decisiones y en buscar señales por todas partes. Chicocafé es un camarero de origen suizo que se convertirá en su mejor amigo y con Budista no llega a congeniar en absoluto pero sus consejos le serán de gran ayuda.
Para terminar, decir que la historia termina bien y que la relación entre Anne y Clara se hace muy fuerte y viene a ejemplificar la importancia de cumplir nuestros sueños y de creer en las personas.
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