Editorial Grijalbo. Marzo 2018. 537 páginas. De 16 años en adelante.
Anna Fox vive recluida en su casa aquejada de una enfermedad psiquiátrica conocida como agorafobia.
Esta enfermedad le impide salir a espacios abiertos y es fruto, e su caso, de la experiencia traumática vivida en el accidente de tráfico que ha tenido junto a su marido y su hija.
Ahora vive sola y su único entretenimiento es seguir la vida de sus vecinos desde la ventana.
Sus relaciones sociales son todas "virtuales": chatear en algunos foros, jugar al ajedrez, recibir clases de francés a distancia y hacer las compras online.
Su única afición, eso sí, cultivada a conciencia, es la de vaciar botellas de Merlot (un tinto francés) mientras ve, repetidamente, las mismas películas antiguas en la televisión.
Una vida absolutamente monótona y sin perspectivas de cambiar. Las únicas visitas que recibe en su casa, fuera de los transportistas que traen sus compras, son las de su médico psiquiatra y una profesional de la fisioterapia que le ayuda en la recuperación de los daños producidos en el accidente.
La monotonía se rompe con pequeños sucesos como la llegada de una nueva familia al vecindario. Por casualidad la mujer de esa nueva familia aparece por su casa y consigue entrar y comenzar lo que podría llegar a considerarse una naciente amistad.
Pero un día el sobresalto es mayor de lo esperado. Ve, desde la ventana de su cocina, como acaban con la vida de su nueva amiga. Intenta hacer algo pero su enfermedad no se lo permite y acaba en el hospital con un ataque de pánico.
Da parte a la policía pero las cosas no van a ser tan fáciles. La supuesta mujer asesinada resulta que sigue viva aunque ella afirma que ha sido suplantada.
Hay una tensión creciente entre la angustia por la presencia de un asesino que ahora merodea alrededor de Anna y los hechos que demuestran, cada vez con más claridad, que todo es fruto de su trastorno mental.
La novela, para mi gusto, tarda demasiado en entrar en materia. Se hace un tanto lenta en cuanto a los acontecimientos mientras que se desparrama en la descripción de los pensamientos que llenan la cabeza de la mujer que son erráticos y adolecen de altura ética. Poco a poco va adquiriendo ritmo y tensión hasta convertirse en un thriller psicológico.
Tiene una escena de sexo explícito que, como es habitual, está metida como con calzador en el argumento de la novela.
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