Editorial Bruño. Publicado en octubre de 2016. 40 páginas. A partir de los 7 años de edad.
Considerado uno de los mejores álbumes ilustrados del año 2016, contiene una trama sencilla pero escrito de forma muy peculiar de contar una historia desde la sencillez y la sensibilidad.
En la isla de Murano vive Zorzi o el Bailarín, un joven que desea convertirse en maestro soplador de vidrio. El día que a causa de un accidente se queda cojo y lo despiden del taller donde trabaja se niega a renunciar a su sueño.
Nadie en toda la isla e incluso en Venecia piensan que alguien que no se puede sostener con los dos pies pueda trabajar con el vidrio, pero el niño no desiste. Cuando todos duermen se dedica a practicar el arte que tanto desea preservar. Es tanto el empeño que le pone mientras sopla el vidrio que el niño es capaz de crear las más maravillosas figuras de vidrio e incluso llega a invocar los sueños.
El primer sueño de vidrio le llega a Giacomo como un regalo en forma de burbuja del vidrio más fino y delicado que existe. Casi sin darse cuenta, Giacomo revela el secreto por toda la isla y otros niños también quieren su sueño en los más variados colores.
Incapaz de resistirse a su capacidad, Zorzi lanza sueños a cambio de monedas y en el mismo momento que la gente prefiere comprar sueños de vidrio a objetos del mismo material, el resto de vidrieros de Murano toman medidas. Se inician búsquedas para encontrarlo. La única información que poseen es que el lanzador de sueños de vidrio cojea al tiempo que se mueve como un bailarín, pero es suficiente para atrapar y encerrar a Zorzi.
Muy pronto todo Murano se muestra triste sin los sueños de vidrio y reclama la liberación del soplador. El acuerdo para recuperar la libertad parece sencillo, Zorzi quedará libre a cambio de soplar sueños, pero no vidrio, y Giacomo pasa a ser su ayudante y transmite el saber aprendido a sus hijos a través de sucesivas generaciones para que este arte no caiga en el olvido.
Una historia repleta de calidez, bondad, amistad y que demuestra que no es fácil alcanzar los sueños ni tampoco la virtud de satisfacer a todos y ser feliz al mismo tiempo. Una lectura muy placentera que supone también una maravillosa recreación en los paisajes de Murano con sus góndolas, los puentes y las casas que miran la laguna salada con sus tejados combados. Además de otros personajes como las gaviotas, las sombras y el gato negro.
En la isla de Murano vive Zorzi o el Bailarín, un joven que desea convertirse en maestro soplador de vidrio. El día que a causa de un accidente se queda cojo y lo despiden del taller donde trabaja se niega a renunciar a su sueño.
Nadie en toda la isla e incluso en Venecia piensan que alguien que no se puede sostener con los dos pies pueda trabajar con el vidrio, pero el niño no desiste. Cuando todos duermen se dedica a practicar el arte que tanto desea preservar. Es tanto el empeño que le pone mientras sopla el vidrio que el niño es capaz de crear las más maravillosas figuras de vidrio e incluso llega a invocar los sueños.
El norte de Venecia, en plena laguna, se alzaba la isla de Murano.Sus espléndidos palacios, demasiados para poder contarlos, estaban rodeados de jardines por los que la alta sociedaddel lugar solía pasear entre deliciosos aromas a naranjoy jazmín. La gente venía del mundo entero para visitar las famosas tiendas de vidrio de la isla.
El primer sueño de vidrio le llega a Giacomo como un regalo en forma de burbuja del vidrio más fino y delicado que existe. Casi sin darse cuenta, Giacomo revela el secreto por toda la isla y otros niños también quieren su sueño en los más variados colores.
Incapaz de resistirse a su capacidad, Zorzi lanza sueños a cambio de monedas y en el mismo momento que la gente prefiere comprar sueños de vidrio a objetos del mismo material, el resto de vidrieros de Murano toman medidas. Se inician búsquedas para encontrarlo. La única información que poseen es que el lanzador de sueños de vidrio cojea al tiempo que se mueve como un bailarín, pero es suficiente para atrapar y encerrar a Zorzi.
Muy pronto todo Murano se muestra triste sin los sueños de vidrio y reclama la liberación del soplador. El acuerdo para recuperar la libertad parece sencillo, Zorzi quedará libre a cambio de soplar sueños, pero no vidrio, y Giacomo pasa a ser su ayudante y transmite el saber aprendido a sus hijos a través de sucesivas generaciones para que este arte no caiga en el olvido.
Una historia repleta de calidez, bondad, amistad y que demuestra que no es fácil alcanzar los sueños ni tampoco la virtud de satisfacer a todos y ser feliz al mismo tiempo. Una lectura muy placentera que supone también una maravillosa recreación en los paisajes de Murano con sus góndolas, los puentes y las casas que miran la laguna salada con sus tejados combados. Además de otros personajes como las gaviotas, las sombras y el gato negro.
Bernard Villiot es un escritor francés que se caracteriza por dotar todos sus libros de gran sensibilidad y sencillez, como en el caso de este álbum ilustrado.
Thibault Prugne |
Thibault Prugne es un joven diseñador e ilustrador francés nacido en el año 1988 y que desde el 2010 se dedica casi en exclusiva a ilustrar libros para niños y jóvenes.
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