El secreto de Meteora. Secret Academy #4 (Isaac Palmiola)

Editorial  Montena. Publicado en abril de 2015. 256 páginas.  A partir de los 12 años de edad.

Los chicos que fueron seleccionados en la Secret Academy corren peligro. Su saliva fue la prueba definitiva para entrar a formar parte en esta misterioso asociación y es que llevan en su sangre el mineral meteora. El general Asimov ordena a sus hombres que aniquilen a todos los chicos que, de forma casual, tienen el don de meteora. Lucas y Úrsula inicia una búsqueda trepidante para encontrar a todos los chicos pero no será nada fácil.

Los chicos de la Secret Academy se encuentran divididos en tres grupos. Lucas es el líder de Secret Academy y está pendiente de la visita del doctor Kubrick, que ya les ha fallado en dos ocasiones anteriores. Martín, Rowling y Murat forman parte de los Escorpiones y se mantienen ocultos porque saben que su vida corre peligro. Por último, el resto de chicos está en el Equipo del fuego y se han trasladado hasta Afganistán para llevar a cabo un entrenamiento extremo. El único que se mantiene a salvo es Aldous, que ha huido para que lo proteja su familia bajo un nombre falso y en un pequeño pueblo.

Los 38 capítulos del libro llevan por título, como suele ser habitual en esta saga, una frase que aparece a lo largo del mismo y a continuación nos encontramos con una imagen del personaje que protagoniza los hechos narrados. Más que adelantar información, tanto imagen como título representan un estímulo para iniciar la lectura. Los capítulos suceden de forma paralela en el tiempo y por eso conocemos un mismo hecho visto de forma diferente según el personaje.

Nuevos personajes entran en escena porque el doctor Kubrick no cesa en su empeño en reclutar a todos los jóvenes que recibieron la inyección de Meteora y desconocían lo que les sucedió a otros compañeros suyos. al incorporarse a la Academia, estos nuevos chicos se repartirán entre los tres equipos. Hay que estar preparados también para las muertes de otros personajes de siempre.

El final es abierto y nos anuncia una nueva entrega, ¿tal vez la última? Esperemos que no. El epílogo funciona como otro capítulo donde el acostumbrado cliff hanger nos da ganas de saber más de forma inmediata. Aunque el narrador es omnisciente nos muestra un enfoque diferente según la perspectiva del personaje en que se sitúa cada vez, por lo que el protagonismo está compartido.

Otra entrega más donde los personajes aparecen más adultos que antes y las tramas más complejas con peligrosas aventuras. Si en un principio los chicos elegían dividirse en grupos por afinidades de procedencia, personalidad, etc. poco a poco se van separando por conflictos que surgen a causa de la desconfianza que surge entre ellos. Una vez han acumulado más experiencias el cumplimiento del deber y la moralidad son la brújula que dirige sus pasos.

Una serie maravillosa que mantiene un ritmo muy ágil, trepidante y cada vez con más y mejores sorpresas. Los diálogos son lúcidos, no rompen con la descripción y la narración. Las ilustraciones que acompañan al texto y que suelen ocupar toda una página nos ayudan a imaginarnos a los personajes, aunque sean en blanco y negro son muy ilustrativas sobre el contenido.

Se pueden leer las reseñas de las tres primeras partes de la saga pinchando en estos enlaces:                

La isla Fénix (2014)                      La joya de Alejandro Magno (2014)             El retorno de los Escorpiones (2014)

         

Isaac Palmiola se define como un contador de historias. Este escritor catalán que además de esta saga de libros de Secret Academy es autor también de la serie de Perrock Holmes.

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Lola Rodríguez es una ilustradora y diseñadora de cubiertas de libros, sobre todo de la editorial Plataforma Neo, algunos de ellos están reseñados en este blog:  Play, de Javier Ruescas; Hasta que el viento te devuelva la sonrisa, de Alexandra Roma; Londres después de ti, de Jara Santamaría, Desayuno en Júpiter, de Andrea Tomé; Cosas que escribiste sobre el fuego, de Clara Cortés;  o Heima es hogar en islandés, de Laia Soler.
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