Editorial Alfaguara. 427 páginas. Año 2010. De 12 años en adelante.
Es el primer tomo de la trilogía "El Ciclo de la Luna Roja" . El final por tanto queda absolutamente abierto.
Es el primer tomo de la trilogía "El Ciclo de la Luna Roja" . El final por tanto queda absolutamente abierto.
Es un libro de fantasía.
Doce niños son escogidos por el enigmático Denéstor Tul, guardián de Rocavarancolia. Son seducidos con la ayuda del humo de su pipa que favorece el que las conciencias se dobleguen a su propuesta. La noche de la Cosecha uno por uno serán visitados por Denéstor y atravesarán la puerta que conduce a Rocavarancolia.
No saben para qué están allí. En un principio no pueden entenderse entre ellos pues cada unos pertenece a un país distinto, aunque la magia les ayudará a entenderse. Pero esa misma magia querrá también acabar con sus vidas.
Esta ciudad es una ciudad derruída, arrasada por un antiguo enemigo y que está condenada a la desaparición.
No se sabe cuál es su papel pero Dama Desgarro actuando como portavoz de los enigmáticos habitantes de esa ciudad les ha hecho ver que el destino de la ciudad depende de ellos pero que, a la vez, no tienen ninguna esperanza de que sobrevivan. Tienen un año, hasta la próxima Luna Roja, para salvar la ciudad.
¿Y qué se pretende de ellos...? Nadie lo sabe. De entrada su problema es alimentarse y evitar el ataque de las extravagantes alimañas que les persiguen durante el día y la noche.
Muy pronto uno de los niños toma el liderazgo del grupo. No es el protagonista. Héctor es más bien un niño tímido y patoso pero que recibe en su mente la facultad de distinguir en qué zonas la magia es maléfica y por tanto habrá que evitar esos lugares.
Es una ciudad extraña, con unos habitantes aún más extraños y unas leyes férreas que nadie osa quebrantar porque la sentencia es el exilio o la muerte.
Una novela con mucha imaginación, quizás excesiva, pues no es fácil establecer puentes con nuestra manera de ver la realidad (o la fantasía). Hay acción aunque abundan las descripciones, casi siempre terroríficas. hay también lugar para el humor.
En esta primera entrega la historia no hace más que presentarse por lo que uno se queda con ganas de enterarse un poco más de lo que está sucediendo.
En fin, la única manera de hacerse una idea es leyendo el libro, cosa que recomiendo, pues es una narración... ¿cómo la llamaría?... ¿diferente?
Hola, tienes un premio en mi blog:
ResponderEliminarhttp://librosconalma.blogspot.com/2010/09/premio-happy-101-sweet-friends.html
besitos =)
Como la definición de justicia es "dar a cada uno lo suyo", aquí va.
ResponderEliminarLa Cosecha de Samhein, de José Antonio Cotrina, es un libro bien construido que hace gala de una gran imaginación, capacidad para crear ambientes sugerentes y un planteamiento inicial atractivo. Pero ¿era necesario mostrar tantas vísceras para eso?
Crítica número dos: Matar o dejar perturbado a alguien en una novela de fantasía puede estar bien para destruir la presunción de invulnerabilidad o efecto no-te-preocupes-que-al-bueno-no-le-va-a-pasar-nada, pero, a mi juicio, si te excedes con eso en una novela juvenil, pierde su efecto, se convierte en una carnicería y puedes acabar odiando al autor si se te pasa por la cabeza la idea de que disfruta aplastando a un personaje con el que empatizas.
En tercer lugar, los propios moradores de la ciudad. Vamos a ver, en ocasiones está bien que no todos sean indios y vaqueros, porque eso los haría poco creíbles, pero eso es una cosa y otra, que sean un atajo de miserables. Valiente colección de canallas, a cual más vil. Al final, me dan ganas de que Rocavarancolia desaparezca, y se lleve consigo a Denéstor, a Esmael, a Dama Desgarro, a Enoch, a Mistral... y que se fastidien.
No la recomiendo para jóvenes. Repito que demasiada sangre y demasiado dolor de un grupo de niños para salvar a una camarilla que no lo merece.
Un saludo,
Dante.