Editorial: Homo-Legens. Páginas: 144No estamos ante una simple novela policiaca. En este libro nos encontramos dos historias. Por un lado, la investigación de un posible robo que nos llevará por las calles de Moratalaz, un conocido barrio de Madrid, hasta e Museo del Prado. Esta historia engancha, entretiene y no le falta ni una sola de las características de una buena novela policiaca: persecución y tiroteos incluidos con un final inesperado.
Pero hay otra parte más interesante si cabe. Es la relación que se establece entre el inspector de policía, padre de familia de lo más normal y un personaje llamativo, un chico retrasado que llevará el peso de la novela. Será él quien descubra el posible robo, el que se haga con la trama e incluso con el policía. Por lo tanto, debemos estar atentos a las dos historias, pues una complementa a la otra.
Sin duda, es una de esas novelas que dejan buen recuerdo y una pequeña sonrisa, ya que el mundo puede ser mejor.
Sin duda, es una de esas novelas que dejan buen recuerdo y una pequeña sonrisa, ya que el mundo puede ser mejor.
Lo he leído del tirón, por dos motivos. Primero porque engancha, quieres continuar. Después, porque su estilo es ágil, alegre, sin dejar de lado las descripciones necesarias. Un buen libro.
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