Editorial Anagrama. Octubre 2005. 360 páginas. De 16 años en adelante.
Nos encontramos en Inglaterra a finales de 1990 cuando Kathy H. empieza a relatar sus recuerdos de infancia y adolescencia en Hailsham. Las actividades principales que realizaban los alumnos internos en este centro se basan sobre todo en fomentar su creatividad por medio de la pintura o la poesía y cuidar su salud al máximo. Los chicos que estudian allí son ajenos al resto del mundo y no tienen contacto con nadie del exterior. Destaca que la relación con sus profesores, los “custodios”, es bastante distante y aunque no dejan de recordarles que son especiales y que deben esforzarse al máximo nunca les hablan de su futuro ni del lugar que ocuparán en el mundo. Todos los alumnos tienen en común que no tienen padres ni ningún tipo de familia que los visite o los llame. Además, son estériles porque su verdadera misión es preservar la salud del resto de la humanidad y por eso no tienen interés en nada que no sea ellos mismos y la gente que los rodea.
Los recuerdos más destacados de Kathy se centran en dos de sus mejores amigos, Ruth y Tommy, que junto con ella forman un triángulo amoroso que no es capaz de reconocer hacia el final. Sus conversaciones, paseos y vivencias se describen con gran detalle y precisión que contradictoriamente dejan un sentimiento de confusión y de que hay algo en la novela que “no cuadra”.
Novela con poca acción, se centra en los recuerdos del pasado de Kathy y cómo desde la madurez y la distancia, sus dos amigos han muerto, reflexiona sobre todo lo que pasó. El libro se divide en tres partes y aunque al principio palabras como: “custodios”, “cuidadores”, “posibles”, “donantes”, “consumar” “aplazamientos” o la terrible verdad que esconde “completar” no nos dicen nada, hay que esperar a mediados de la tercera parte para descubrir todo el misterio al mismo tiempo que los personajes.
Ishiguro es un escritor inglés de origen japonés que ha escrito otras novelas de éxito como Lo que queda del día (2001), Cuando éramos huérfanos (2001) y Nocturnos (2010).
La adaptación de Nunca me abandones ha sido llevada a la gran pantalla en 2010 por Mark Romanek con guión de Alex Garland y con Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keire Knightley como protagonistas principales.
El tráiler de la película: