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martes, 16 de noviembre de 2021

Lejos de Egipto (André Aciman)


Libros del Asteroide. Publicado en 2021, 352 páginas. A partir de los 16 años de edad.

Lejos de Egipto, ejemplar cedido por gentileza de Casa del Libro.

Se publican, con mucho retraso en castellano, las memorias de niñez y juventud de André Aciman (Alejandría, 1951), que igual que otros retratos que tienen como escenario el Mediterráneo (Pienso en los escritos de G. Durrell y sus descripciones de Corfú) muestran la luz, el color, los olores y sabores del Mare Nostrum. En este caso lo que se narra se refiere a una larga familia de judíos sefardíes que, tras la demolición del imperio otomano, son expulsados de Constantinopla y, después de haber recalado en varios países, se reagrupan en Alejandría. El marco temporal se cierra cuando tras la guerra del Canal de Suez y el triunfo de Nasser, volverán sufrir el destierro en los años sesenta del siglo pasado. Mientras tanto, la bisabuela, las abuelas y los tíos y tías abuelos del autor, proporcionan escenas y aventuras propias de una sociedad internacional instalada en Alejandría, al amparo de la dominación inglesa. Las memorias describen un mundo exquisito, culto y burgués, en el que destacan los sirvientes, únicos árabes de los que se nos habla.

El libro está lleno de pequeños detalles, desde las fiestas judías que celebran, el uso del ladino como lengua familiar, los colegios por los que va pasando el autor, y sobre todo, las abuelas: “la princesa y la santa” que se vuelcan en cuidados y preocupación por el nieto.

Todo este mundo se derrumba cuando tienen que abandonar el país, al desatarse un profundo rechazo contra los judíos, ya que Israel junto con ingleses y franceses pierden la guerra, en 1956, con la que pretendían mantener el control del Canal de Suez.

Lejos de Egipto es también un relato de formación, en el que asistimos al desarrollo de André, desde la niñez hasta la adolescencia, y el aprendizaje de la vida en medio de condiciones que se van convirtiendo, cada vez más, en adversas. La figura de su madre sorda, a quién el niño, desde muy pequeño, le traduce lo que a través del teléfono le comunican familiares y amigas. El recuerdo del tío Vill quién es el primero en abandonar Alejandría e instalarse en la campiña inglesa. Sus profesores: el que le enseña griego, o con el que intenta aprender el árabe. El Colegio y sus dificultades… Y, como reflejo del mar que baña la ciudad, un ritmo pausado y melancólico que rememora un tiempo y un ambiente definitivamente perdidos.

Se evoca la infancia como paraíso perdido y se anima al lector a no abandonar ese luminoso mundo.

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