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domingo, 9 de agosto de 2015

La Vida Sale al Encuentro (José Luis Martín Vigil)

Editorial Homo Legens, 2006. 359 páginas. A partir de los 15 años. 

La Vida Sale al Encuentro es uno de esos libros que dejan huella. Llega a la cabeza y al corazón. Saca muchas sonrisas, es posible que algunas lágrimas, y lo seguro es que no deja indiferente. Está basado en una historia real de la que fue testigo el autor durante sus años en el colegio Apóstol Santiago de Vigo. La trama es sencilla: se cuenta un año de la vida de Ignacio, de los 15 a los 16 años, interno en un colegio de jesuitas.
Ignacio, el mayor de tres hermanos, tiene un carácter impetuoso y no es buen estudiante. Pero tiene un gran corazón y un marcado sentido del honor, inculcado por su padre, Segundo en la Escuela Naval. Ignacio tiene clara su vocación de marino desde pequeño y es un apasionado de la vela. En la novela hay metáforas constantes relacionadas con el mar y varios relatos apasionantes con el mar como protagonista.
Tres personajes son esenciales para el desarrollo de la historia: Cheché, Karin y el Padre Urcola. Cheché, de 12 años, es el hermano pequeño de Ignacio y sufrió a los 7 una enfermedad que le dejó inválido de una pierna. Esto provoca que, al contrario que con Mito (el otro hermano, de 14 años) con el que Ignacio está casi siempre peleándose, Ignacio y Cheché tengan una relación especial. Karin es una chica alemana acogida por los tíos de Ignacio tras la muerte de sus padres. A diferencia de su prima Patri, con la que tiene piques continuos, Ignacio siempre ha querido a Karin como a una hermana. El Padre Urcola es el álter ego del autor. Es un sacerdote jesuita que enseña a Ignacio a crecer como persona y como cristiano, con un estilo incisivo que influye enormemente en el protagonista. Hay varias conversaciones de Ignacio con el Padre Urcola decisivas para la historia.
Es un año especialmente significativo para el protagonista, se puede decir sin exagerar que es uno de los más importantes de su vida. De lo dicho se deduce que ocurren algunos sucesos que afectan enormemente a Ignacio. Pero no es tan relevante lo que ocurre como las reacciones del protagonista y su crecimiento personal.
Creo que es de esos libros que se disfrutan incluso aunque se sepa lo que va a pasar. Por eso cuesta leerlo una sola vez. Está escrito en primera persona, lo que realza la evolución interior del protagonista, y con un estilo ágil, que engancha al lector incluso en las partes que no salen lo más mínimo de lo ordinario. Es obligado avisar que es un libro publicado por primera vez en 1955, por lo que hay algunas palabras y expresiones que son un poco extrañas para el lector joven de hoy. Hay otro factor que conviene avisar, y que ya habrá deducido el lector de esta reseña; el peso de la religión en la novela. Esto podría causar rechazo en algún tipo de lectores.
La Vida Sale al Encuentro fue objeto de sucesivas ediciones hasta el 2006, año en que salió una edición especial que se agotó rápidamente. Fue un auténtico bestseller de la narrativa juvenil española pero actualmente puede ser difícil de conseguir ya que está descatalogado. Si es posible, aconsejo vivamente la edición de Homo Legens de 2006, revisada por el autor y con un prólogo para la edición, además de varios apéndices especiales con fotos e información sobre los personajes de la historia real. Con carácter general, lo recomiendo a partir de los 15 años. Principalmente por el lenguaje un poco anticuado y la temática adolescente. Ello no quita, como es lógico, que habrá lectores que lo disfruten con 12-13 años.

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