John Grisham nos deleita de nuevo con su segundo libro de la trilogía "Theodore Boone". Al igual que cualquiera de sus libros es digno de leer; Grisham es un fantástico autor que en mi opinión no decepciona nunca.
Theodore Boone es un chico de trece años hijo único. Sus padres son ambos abogados, y trabajan en el bufete Boone and Boone. A Theo le apasina zambullirse las tardes a la salida del colegio por los pasillos de los majestuosos juzgados de Strattenburg, la pequeña ciudad estadounidense en la que vive. El chico se conoce a todos los jueces, auxiliares, secretarios, bedeles y varios abogados que se encuentra en los edificios de justicia de su pueblo. Theo siempre ha deseado ser un famoso e imparcial juez recordado por su justicia o un prestigioso abogado, conocido por su inteligencia y sus perfectos alegatos. Este ha presenciado innumerables pleitos, y se conoce la constitución de la a a la z; tanto es así que muchos amigos -adultos y jóvenes- le han pedido su consejo e incluso su intervención en algún problema hasta llegar a actuar de abogado en el Tribunal de Animales en varios ocasiones, el más insignificante de todos. En el segundo libro de la trilogía se narra el juicio de Pette Duffy, acusado de presuntamente haber asesinado a su mujer. Era su segundo matrimonio, y vivían en una cara y lujosa urbanización. Cercada, con increíbles dispositivos de seguridad y mucha vigilancia. Es una enorme finca con campos de golf y todo tipo de instalaciones. Habían tenido problemas matrimoniales, pero en el momento del asesinato Duffy aseguró que estaban cruzando una buena temporada. El juicio empieza con muchos indicios a favor de la acusación, y el fiscal posee varias pruebas que consiguen despertar la atención del jurado y consiguen hacerle una idea a favor de lo que dice ser la verdad. Pero la defensa a medida que transcurre el juicio gana puntos, y la acusación pierde pruebas y credibilidad. De esta forma, entre otras cosas gracias a los dramáticos testimonios del acusado ya se ve como va a terminar el juicio. ¿Quién dice la verdad? Pero a Theo se le encuentra un testigo en el último momento, un testigo inminente y clave, que le puede dar la vuelta al juicio. Pero el único problema es que es un testigo sin rostro, y muy difícil de hacer hablar. Es una persona que estaba en el momento del asesinato y sabe la verdad. ¿Podrá Theo conseguir que testifique?
Un thriller judicial magnífico que te atrapará sin importar tu edad y que a pesar de su no muy buena traducción merece la pena leer. Acompaña a Theodore Boone en este increíble y emocionante viaje lleno de enemigos y obstáculos que le pondrán dificultades para llevar a este testigo clave al estrado, ¿lo logrará?
