jueves, 12 de noviembre de 2015

La Chica del Tren. The Girl on the train (Paula Hawkins)

Editorial Planeta Internacional. Junio 2015. Traductor: Aleix Montoto. 469 páginas. De 16 años en adelante.

¿Cómo se supone que tiene que reaccionar una persona tras un divorcio traumático, perder una casa junto a las amadas, para ella, vías del tren y sin apoyo de familia y amistades? Rachel Watson pasa por una situación difícil y se refugia en el alcohol mientras fabula con Jess y Jason, la joven pareja que ahora vive en su anterior casa y que observa cada día. Cada mañana coge el tren de las 8.04 camino de Londres, sí, siempre. Incluso después de quedarse sin trabajo, Rachel nunca deja de hacer esta ruta. El trayecto le permite hacer creer a su compañera de piso que todavía tiene trabajo y así puede observar a la pareja. Otra de sus obsesiones es controlar a su ex marido que se ha vuelto a casar y tiene una hija pequeña. Por eso, cuando Rachel empieza a notar ciertas señales de alarma entre el joven matrimonio nadie la cree y se ve obligada a actuar sola.

El testimonio de la obsesiva Rachel no es el único que conduce la historia. Como en un relato coral, diferentes voces, a cada cual menos fiable, se turnan para ofrecernos su peculiar punto de vista sobre los hechos con numerosas pistas y datos ocultos que nos hacen pensar en otro final que nunca hubiésemos imaginado. Nada es lo que parece y todos los personajes tienen algo en común en su pasado que los une. En las últimas páginas descubrimos que quien menos empatía despierta es el más inocente y el que más atrae el más peligroso. 
Otro apunte interesante es el aviso que aparece en la portada del libro: “Tú no la conoces. Ella a ti, sí”. Y sobre todo el fragmento de una nana tradicional: «Una por la pena, dos por la alegría, tres por una chica», que según el traductor se basa en las supersticiones sobre las urracas que existen en algunas culturas y que resulta del todo espeluznante en una obra llena de ambigüedades.

Una lectura adictiva que está siento un verdadero éxito editorial que no se puede dejar hasta el final y que está muy bien escrito. Tal vez algunos de los temas (como el pasado oscuro de dos personajes, las obsesiones de la protagonista y a veces el lenguaje) pueden resultar excesivamente turbios para ser una lectura juvenil, pero nunca llega a ser de mal gusto. Todo gracias a una autora que nació y creció en Zimbawe, hasta que se trasladó a Londres, donde trabaja como periodista desde entonces.

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